Quienes somos

Qué tienen en común una informática y una periodista? En este caso la pasión por las artes marciales. Gisela Durán y Yuraima Borrero se conocieron entrenando en el dojo del shihan Shunji Sudo en Caracas. Sobre ese tatami la idea de elaborar karategis propios se fue materializando casi por casualidad.

Yuraima sensei se crió entre hilos y puntadas, y aunque su camino profesional la llevó a las computadoras, conoce muy bien el oficio de la costura, ya que en su adolescencia fue ayudante de su mamá.

Para Gisela las palabras y el mercado editorial eran su medio cotidiano, pero el espíritu emprendedor latía y estaba dispuesta a aprender si la oportunidad se presentaba vestida de algo que la apasionara.

Así llegó el momento de elaborar un uniforme especial para el sensei de ambas. El resultado fue exitoso y comenzaron a llegar los pedidos, junto a la necesidad de ponerle un nombre: Kyodashi. Un nombre tomado de la literatura nipona y que hacía referencia a un poblado de artesanos en Japón que ya no existe.

Venezuela, su país natal les dio la experiencia y Argentina, su nuevo hogar, la especialización. En estas tierras del sur han instalado un pequeño taller dedicado en su totalidad a la confección de indumentaria para las artes marciales, desde las más clásicas hasta las modernas. Ofreciendo un servicio personalizado, capaz de adaptarse a las necesidades de los practicantes.

Cada prenda es elaborada con sus propias manos, y la incorporación de nuevos diseños pasa previamente por la revisión de un experto en esa disciplina marcial, quien sugiere cambios y ajustes en función de los requerimientos de cada estilo.

En Kyodashi atelier de budo, usted encontrará la indumentaria para su práctica, elaborada por personas que saben cuál es el performance que cada prenda debe tener durante el entrenamiento.